Era todavía más ligera que la Husqvarna y tenía un motor dos tiempos (2T) que la convertía en una moto paradójicamente ligera e inmanejable. Una bestia parda. En ocasiones comentábamos que estaba endemoniada o, siendo más realistas, nos preguntábamos si el anterior dueño la había modificado, pues era increíble el tirón que tenía.
¿Cómo llegué a tenerla? Pues en cierto modo de casualidad:
Pasé unos días en La Rioja con un amigo. Él llevaba una Enducross 300 de un amigo suyo, yo mi Huski TE 350. El caso es que mi amiguete tenía una lesión de cervicales y la EC 300, con su tirón, no le iba nada bien a su salud; así que encontramos la solución: Nos las cambiamos. Los tres días que duró la aventurilla pude disfrutar a tope de la GASGAS, y tanto fue así que volví a casa convencido de que era la moto que necesitaba: Arrancaba mucho mejor que la Huski y era más ligera que ella...y además había muchas en el mercado de segunda mano....¡Blanco y en botella! ¡Es la moto!
Con mi lógica de pardillo supuse que una 250 sería más suave de conducir que una 300. El caso es que compré una 250 que iba muy bien...¡demasiado bien! Al cabo de unas salidas me pareció casi indomable: tenía bastante más tirón que la 300 que me enamoró y para más inri cuesta abajo no retenía casi nada...uff...¡qué peligro!
Una fotillo de la bicha en cuestión:
GASGAS Enducross 250 |
Esta es su ficha técnica:
Lo que más me gustaba de esta moto era, como ya he comentado antes, su peso. Era posible darle la vuelta a la moto en medio de una trialera simplemente arrastrándola o tirando de ella.
Lo que menos me gustaba era su tirón salvaje y el hecho de que en pendientes retenía muy poco con el motor, al menos comparado con lo que retienen las cuatro tiempos (4T).
Aquí os muestro otro vídeo sobre la Gas Gas EC 250: